Contrato por el que una entidad financiera (Banco, Caja de ahorros...) concede una línea de financiación, o préstamo hipotecario, a un titular de la que éste puede ir disponiendo cantidades, según sus necesidades.
Esta es una de las principales diferencias con respecto a un préstamo convencional (donde la cantidad inicial es fija y sólo hay una entrega de dinero por parte de la entidad). El titular debe devolver la cantidad prestada en los plazos y condiciones pactadas entre las partes.
En el caso de que el beneficiario incumpla, la entidad puede ejecutar el bien hipotecado ante un juez para saldar la deuda. El crédito se formaliza en escritura pública para poder ser inscrito en el Registro de la Propiedad.
Beneficios
· Bajas tasas de interés, que no están atadas a un portafolio de productos.
· No hay cobro del estudio de crédito.
· Bajas tasas de interés y mayor porcentaje de financiación para nuestros afiliados.
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· Agilidad y rapidez en el proceso de estudio y aprobación.
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